El
lugar de los problemas pedagógicos en el pensamiento de Gramsci
Marxista
clásico contemporáneo censurado durante su encarcelamiento fascista por lo que
solía expresarse neutralmente, con frases como “filosofía de la práctica”
(praxis) la cual se ha consagrado.
Unión
del movimiento obrero con la conciencia que reduce las divisiones especiales a
la función de meras perspectivas de análisis provisional, así también ofrece
explícitamente la obra de Gramsci el criterio con el cual se puede acercar a la
obra integra para entenderla.
El
interés de Gramsci por la pedagogía
Sus
motivaciones principales para el conocer la crisis de la educación: familiar
por un lado y de investigación teórico – práctico por otro.
La
presente preocupación por la educación de sus hijos enlaza y entremezcla con el
problema de las instituciones escolares
y las orientaciones pedagógicas del
Estado socialista.
“La
cuestión escolar me interesa muchísimo” sin duda alguna, este interés hay que
verlo en su preocupación más general por la reforma intelectual y moral de la
sociedad, que ocupa tantas páginas de su obra.
La
crisis educativa y su marco
Una
de las motivaciones por la cual Gramsci se interesó por la educación, fue por
la crisis que había en éste ámbito en su época en todos los niveles. La
dominación de las clases afectaba también en las escuelas, los burgueses como
privilegiados en la enseñanza y aprendizaje, clase burguesa quién hacía y
deshacía a su antojo. Crisis que se hacía presente aún en la Universidad
Popular “popular” para Gramsci ya que no daba respuesta a las necesidades
populares.
Gramsci
ve en la crisis de la escuela creada por el Estado liberal el reflejo de la
crisis estructural de la sociedad y de su principio ideal – cultural, e insiste
en el hecho de que son las exigencias del desarrollo técnico-productivo con sus
complejas repercusiones sociales, las que han disuelto la valides del principio
pedagógico organizativo de la escuela tradicional.
Problemas
pedagógicos no solo son problemas didácticos sino que están entrelazados con
problemas culturales y políticos.
La
cultura
La
preocupación de Gramcsi por buscar una respuestas a las necesidades y demandas
culturales de las clases trabajadoras del movimiento obrero, le obliga a
empeñarse en la búsqueda de una cultura nueva que llegue a convertirse
hegemónica es decir que desbanque la
vieja cultura del producto del Estado Burgués.
Para
ello hay que redefinir “cultura”, es organización, disciplina del propio yo
interior, es toma de posición de la propia personalidad, es conquista de una
conciencia superior por la cual se llega a comprender el propio valor
histórico, la función de la vida los propios derechos y deberes y no sólo un
saber enciclopédico en el que solo se ve al hombre bajo la forma de recipiente
que hay que llenar y atiborrar de datos empíricos, de hechos mortificantes y
sin hilvanar que el podrá después encasillar en su cerebro como en las columnas
de un diccionario para responder.
La
definición de cultura de Gramsci hace énfasis en la formación y robustecimiento
del yo, la personalidad, adueñarse de nuestro propio yo trascendental, así pues
queda señalada la oposición hacia el naturalismo.
Cultura
= crítica, de logro de una conciencia del propio yo.
Los
intelectuales
Representan
una categoría orgánica de toda clase dominante, categoría que constituye en dos
vertientes: intelectuales orgánicos que cada clase nueva comporta y elabora un
su desarrollo progresivo y la de los intelectuales tradicionales o de casta que
son categorías intelectuales anteriores a nuestra cultura.
“Todos
los hombres son intelectuales, podría decirse; más no todos los hombres tienen
en la sociedad la función de intelectuales”.
El
bloque histórico y el papel del Estado
Príncipe
gramsciano que no podía ser en la época moderna un héroe real sino el partido
político, es decir vez en vez y en las diversas relaciones internas de las
diferentes naciones y aquel partido pretende fundar un nuevo tipo de Estado.
El
moderno príncipe ocupando las conciencias de las relaciones en cuanto que
tiende a crear un tipo y un nuevo nivel de civilizaciones, el Estado debe
convertirse en educador.
III
El Concepto gramsciano de educación. La naturaleza humana
Gramsci
defiende una concepción del ser humano como una serie de relaciones activas en
el que si bien la individualidad tiene la máxima importancia, no es lo único
que se debe considerar. La humanidad se refleja en la individualidad compuesta
por: el individuo, otros hombres y la naturaleza.
El
hombre es sobre todo espíritu es decir creación histórica y no de naturaleza y
segundo la conciencia humana no es un fenómeno individual sino un reflejo de la
sociedad en la que el niño vive y de las relaciones sociales de ella anudadas.
Disciplina
y formación
No
es el menor fallo de la nueva pedagogía el haber intentado atar el dogmatismo
precisamente en el ámbito en que cierta cantidad de dogmatismo se hace
prácticamente necesario: el campo de la instrucción de la asimilación de
nociones concretas.
En busca del principio educativo. Contenidos y
métodos
Separación
escuela-vida ha sido según Gramsci una de las causas de la crisis educativa, si
la relación anterior no existe es muy difícil poder recabar una participación
activa por parte del alumno. El divorcio de escuela-vida tiene una importante
consecuencia relativa a la persistencia en la que la conciencia de los niños y
los jóvenes de toda una serie de prejuicios y concepciones mágicas llegadas a
las relaciones cívicas y culturales propias de cada medio, mientras que la
escuela dedique toda su actividad a la adquisición de una cultura
“desinteresada” a través de estudios objetivos no coincidirán eficazmente sobre
las conciencias infantiles y se comportara como si la vida real del niño
careciera de importancia.
La
escuela única
Gramsci
se opuso a la multiplicidad de escuelas técnicas y profesionales, ya que tal
multiplicidad surge como consecuencia de la implantación del industrialismo a
todos los niveles de la vida, al tiempo que como discriminacionismo que utiliza
esta diversidad para separar en las escuelas de más baja calificación a los
hijos del proletariado.
Gramsci
defiende que puesto que en todos los niños existen tendencias tanto hacia la
práctica como a la teoría, lo justo es buscar la armonización de todas las
facultades para que luego surjan las diversas civilizaciones, esto dado a
través de una escuela única obligatoria y no que cada grupo tenga una escuela
reproduciendo los estratos de una determinada función tradicional, directiva o
instrumental.
Enseñanza
y trabajo
Enseñanza
trabajo hay que señalar que éste no es solo valido para la vida escolar, sino
que hay que ampliarlo también a las relaciones entre los intelectuales y la
clase obrera, relacionarse a las que dedicamos buena parte del principio de
esta exposición.
El arte educador. «El arte
es educador en cuanto es arte, pero no en cuanto ‘arte educador’, porque en
este caso no es nada, y la nada no puede educar. Sin duda parece que todos
estemos de acuerdo en desear un arte que se parezca al del Risorgimento y no, por ejemplo, al del período
dannunziano; pero en verdad, si bien se considera, ese deseo no contiene el de
un arte en vez de otro, sino el de una realidad moral en vez de otra. Del mismo
modo, el que desea que un espejo refleje una persona hermosa y no una fea, no
desea un espejo distinto del que tiene delante, sino una persona distinta» *.
*
Croce, Cultura e vita morale,
págs. 169-170, cap. «Fede e programmi», de 1911.
«Cuando se ha formado una obra de poesía o un ciclo de obras poéticas,
es imposible continuar ese ciclo mediante el esfuerzo y la imitación y mediante
la variación de esas obras: por esa vía no se obtiene más que lo que suele
llamarse escuela poética, el servum
pecus de los epígonos. La
poesía no engendra poesía; no se produce la partenogénesis; hace falta que
intervenga el elemento masculino, lo que es real, pasional, práctico, moral.
Los más altos críticos literarios advierten en este caso que no hay que
recurrir a recetas literarias, sino, como ellos dicen, ‘volver a hacer el
hombre’. Vuelto a hacer el hombre, refrescado el espíritu, surgida una vida
nueva de afectos, de ella nacerá, sí nace, una poesía nueva» *.
*
Croce, Op. cit., págs.
241-242, cap. «Troppa filosofia», de 1922.
Esa observación puede ser asimilada por el materialismo histórico.
La literatura no engendra literatura, etc., o sea, las ideologías no crean
ideologías, las superestructuras no engendran superestructuras sino como
herencia de inercia y pasividad: nacen no por «partenogénesis», sino por la intervención
del elemento «masculino», la historia, la actividad revolucionaría que crea el
«hombre nuevo», es decir, crea nuevas relaciones sociales.
De eso se deduce también lo que sigue: que el «hombre» viejo, por
ese cambio, se convierte él también en «nuevo», puesto que entra en nuevas
relaciones una vez invertidas las anteriores. A lo cual se debe el que, antes
de que el «hombre nuevo» producido positivamente haya dado poesía, se puede
asistir al «canto del cisne» del hombre viejo renovado negativamente, y a
menudo este canto del cisne es de esplendor admirable; lo nuevo se une en él a
lo viejo, las pasiones se encienden de un modo incomparable, etc. (¿No es acaso
la Divina Commedia algo así como el canto de cisne
medieval, que anticipa al mismo tiempo los tiempos nuevos y la nueva historia?)
(C. VIII; L.V.N. 10-11.)
Antonio Gramsci:
Hegemonía y Contrahegemonía – Sociología
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Educación y
hegemonía
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Educar para el
trabajo vs educar para la vida
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de educación y trabajo (comercial del gobierno de Argentina para promover la
educación y conseguir un empleo)
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